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Vivir por Fe: El Camino hacia el Reino de los Cielos


La vida de fe es la vida del Reino de los Cielos; nadie que no tenga fe puede vivir en él. Aunque esta declaración pueda parecer fuerte o impactante, refleja lo que las enseñanzas del Evangelio establecen como el camino para entrar. En Hebreos 11:6 leemos que sin fe es imposible agradar a Dios, y en Efesios 2:8 se nos dice que la gracia se recibe por la fe. Vemos, entonces, que la fe es la llave que abre el acceso al Reino de los Cielos.

La religión ha establecido otros parámetros seudoespirituales para acceder al Reino; sin embargo, al no estar alineados con la Palabra de Dios, estos argumentos generan confusión y alejan a muchos de la verdad del Evangelio.

Estudiar las Sagradas Escrituras es fundamental para conocer la Verdad que nos conduce a Jesús. Las Escrituras contienen las definiciones correctas que nos permiten ver con claridad el camino, como lo expresó el salmista: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105). No podemos aceptar definiciones de fe que no se ajusten a la Verdad de la Palabra.

Esta semana continuamos estudiando el tema: ¿Qué es la fe? En esta nueva enseñanza, buscamos profundizar en lo que la Palabra establece acerca de la fe, analizando los textos de 2 Corintios 4:4, Romanos 4:17 y Romanos 8:14. Te invito a unirte a este grupo de estudio.



Bendiciones,

Pastor Pedro Montoya


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Soy pastor y maestro de la Palabra. Vivimos en tiempos en que la gente se muestra reacia hacia el Evangelio; para muchos, los temas de fe y del Espíritu resultan intrascendentes y los descartan sin más. El mensaje del Evangelio es una invitación a volver a Dios, a confiar en su Palabra y a caminar bajo la guía de su Santo Espíritu. El Evangelio no es una religión; no entramos en el plano de la Voluntad de Dios simplemente practicando ritos creados bajo el consentimiento humano. Es fundamental entender que las reglas las establece Él, no nosotros. Somos conscientes de que Cristo Jesús viene pronto, pero no todos estamos preparados para recibirlo. Debemos recordar que no se trata solamente de estar en el lugar correcto, sino de estar apropiadamente vestidos para su Venida. Él viene por una iglesia sin mancha ni arruga (Efesios 5:27). Las manchas y las arrugas, si no se corrigen a tiempo, podrían impedirnos ser parte de este evento glorioso. Por ello, reconocemos que el tiempo restante antes de su Venida es un período de preparación, que incluye tanto corrección como capacitación.

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