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Si tuvieres fe como un grano de mostaza: La necesidad de crecer en la fe


En el evangelio de Lucas se nos presenta la enseñanza, en cuanto a la fe, de que es necesario seguir creciendo en ella, y no dejar que los hábitos y costumbres desarrollados, aun religiosos, nos cohíban de ver en las exigencias del Reino una demanda ‘imposible’ de realizar.

En Lucas 17:4, el relato describe que Jesús les presenta la exigencia de perdonar a un hermano hasta «siete veces al día«. Ante lo abrumador de la exigencia, y debido a que los apóstoles tenían la formación mosaica de “ojo por ojo” (Éxodo 21:24), ellos vieron que lo único que podría ayudarles a cumplir con esa demanda en ese momento era tener una porción mayor de fe, y por eso le piden: «Auméntanos la fe» (Lucas 17:5).

La enseñanza de Jesús, en cambio, les explica que no se trata de ‘recibir’ porciones de fe cada vez que se les presente una demanda nueva, la vida de fe es un proceso de desarrollo y crecimiento que cada cual debe promover y provocar, y es allí donde Jesús les explica: «Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y os obedecería» (Lucas 17:6). Si como ’hijos de Dios’ no entendemos nuestra responsabilidad y compromiso con la Obra de Dios, la fe no tiene verdadero sentido, por más cantidad que podríamos tener de ella.

La enseñanza de esta semana presenta el tema: ¿Qué es la fe?, y con este tema queremos ir definiendo con más precisión acerca de esta virtud espiritual que nos es dada a cada uno que confesamos que Jesús es Dios, como la llave para atar y desatar en los cielos en la medida que actuamos en esta tierra por medio de ella.



Bendiciones,

Pastor Pedro Montoya


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Soy pastor y maestro de la Palabra. Vivimos en tiempos en que la gente se muestra reacia hacia el Evangelio; para muchos, los temas de fe y del Espíritu resultan intrascendentes y los descartan sin más. El mensaje del Evangelio es una invitación a volver a Dios, a confiar en su Palabra y a caminar bajo la guía de su Santo Espíritu. El Evangelio no es una religión; no entramos en el plano de la Voluntad de Dios simplemente practicando ritos creados bajo el consentimiento humano. Es fundamental entender que las reglas las establece Él, no nosotros. Somos conscientes de que Cristo Jesús viene pronto, pero no todos estamos preparados para recibirlo. Debemos recordar que no se trata solamente de estar en el lugar correcto, sino de estar apropiadamente vestidos para su Venida. Él viene por una iglesia sin mancha ni arruga (Efesios 5:27). Las manchas y las arrugas, si no se corrigen a tiempo, podrían impedirnos ser parte de este evento glorioso. Por ello, reconocemos que el tiempo restante antes de su Venida es un período de preparación, que incluye tanto corrección como capacitación.

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